Algo que me encanta del curso de Edición y Narrativa es abrir las fotos al juego: dejar a un lado las prisas y las expectativas, para combinar y disponer desde el disfrute. Te ayuda a entender cómo miras, cómo trabajas, cómo lees… El otro punto fuerte del curso es el profesorado: cómo se van alternando y equilibrando las diferentes metodologías. Se comparte el trabajo desde un lugar muy enriquecedor.